martes, 25 de noviembre de 2008

ACTA SANITARIA. Informativo Confidencial de la Sanidad

Madrid 25/11/2008 En un reciente estudio de la Asociación Nacional de Consumidores y Usuarios de Servicios de Salud, ASUSALUD, se pone de manifiesto que, a pesar de la buena valoración que obtienen las farmacias, los encuestados otorgan la peor nota a la privacidad del lugar en donde el cliente/paciente conversa con el farmacéutico.

En los últimos meses han sido frecuentes las intervenciones de representantes de los usuarios/consumidores en que han aparecido referencias a la intimidad en la prestación farmacéutica que se recibe en las oficinas de farmacia. La más reciente es la recogida en el estudio realizado para ASUSALUD por el Departamento de Psicología Social y de las Organizaciones de la UNED, destinado a recoger las opiniones de los residentes extranjeros en nuestro país sobre los distintos servicios del Sistema Nacional de Salud.

La farmacia es la que mejor parada sale, 4,22 puntos sobre un total de cinco, pero aparece es lunar, el relacionado con la privacidad o intimidad, digno de tenerse en cuenta.Intimidad y confidencialidadEn el mes de septiembre, en dos ocasiones distintas, aunque ambas en Bruselas, oí referencias similares por representantes de los pacientes y de los usuarios, sobre la preocupación les suscita la farmacia por la falta de intimidad a la hora de conseguir los medicamentos prescritos por el médico. Así lo expuso Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes, que, al enumerar los grandes retos en atención farmacéutica, habló, entre otros, de la personalización de la atención, así como de la confidencialidad.

Días después, Ilaria Passarani, de la Asociación Europea de Consumidores (BEUC), volvió sobre este punto, después de haber afirmado que los medicamentos no pueden ser considerados como cualquier otro producto de consumo. Y, entre las muchas consideraciones que hizo sobre el modelo de farmacia, comentó que los ciudadanos quieren mayor intimidad en la misma.

En un momento en que se insiste sobre los derechos fundamentales de los pacientes que se reducen a tres: a la información, a la autonomía y a la intimidad, debería ser bueno promover un debate al respecto, por más que algunos juristas no lo consideran muy fácil, dado el espacio público en que se desarrolla la actividad del farmacéutico dispensador. Pero no debería desaprovecharse la ocasión para que también la farmacia, como establecimiento sanitario, y los farmacéuticos, como profesionales sanitarios, tomaran cartas en el asunto para que los ciudadanos tomaran mayor conciencia de que el medicamento no es un producto más de consumo. Incluso, deberían habilitarse espacios para determinadas consultas que, a veces, se hacen en medio de otras personas que esperan ser atendidas.

Carlos Nicolás.- Director de ACTA SANITARIA

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