sábado, 23 de agosto de 2008

Extraviados en Reino Unido datos privados de miles de delincuentes · ELPAÍS.com

Gordon Brown no sólo encabeza el Gobierno británico más impopular desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sino que también ha acabado labrándose una merecida reputación de negligencia a la hora de manejar datos confidenciales sobre sus ciudadanos e incluso los relativos a la seguridad nacional. La propia secretaria de Interior, Jacqui Smith, confirmaba ayer el último despropósito, la pérdida de una llave de memoria que contiene información detallada y no encriptada sobre 84.000 delincuentes de Inglaterra y Gales, con nombres, direcciones y, en algunos casos, la fecha en la que está prevista su puesta en libertad. Esa radiografía, cuyo extravío se atribuye a una empresa privada subcontratada por el Ministerio, incluye los datos del ordenador central de la policía nacional sobre 30.000 criminales sentenciados al menos a seis condenas.

La Administración laborista ha anunciado la apertura de una investigación, si bien por el momento ha congelado, aunque no suspendido, el contrato suscrito con PA Consulting, a pesar de reconocer que esta compañía ha incumplido las normas que vetaban la descarga de dichos datos.
La oposición conservadora ha advertido al Gobierno que, a raíz del episodio, se arriesga a afrontar una cadena de demandas, en busca de compensaciones económicas, por parte de los afectados. Pero, sobre todo, los tories ponían el acento en su "incapacidad" para preservar la confidencialidad de datos sensibles que conciernen al público, demostrada en una cadena de desaguisados en los últimos meses.

El caso más flagrante se produjo el pasado noviembre, cuando el Ejecutivo admitió haber perdido la información sobre nada menos que 25 millones de personas -7,25 millones de familias- que reciben subsidios de ayuda a la infancia. Un mes antes, la secretaria de Transporte anunciaba la "desaparición" de un disco duro con los detalles de 3 millones de exámenes realizados por los candidatos a obtener el carné de conducir, a lo que se sumaba la pérdida de los nombres y direcciones de 7.685 motoristas del Ulster.
Los hechos confirman que la peligrosa alegría con la que, al parecer, se manejan esos documentos informáticos no fue entonces neutralizada. El 10 de junio, los servicios de seguridad incurrían en el mayor de los ridículos cuando un funcionario dejó abandonado en un tren documentación clasificada sobre las actividades de Al Qaeda en Pakistán y el seguimiento de la situación en Irak, donde el Reino Unido tiene desplegados más de 8.000 soldados. El pasajero que localizó los papeles decidió entregarlos a la radiotelevisión pública, BBC. Un día después de aquel suceso, otro ciudadano hallaba un pliego de documentos con sello del Tesoro sobre la financiación de la lucha antiterrorista. Lejos de constituir episodios puntuales, el Ministerio de Defensa ha reconocido que, a lo largo de los últimos cuatro años, le han sido sustraídos más de 700 ordenadores portátiles.

El escándalo, en definitiva, se presenta como un nuevo caramelo para los conservadores de David Cameron, a la cabeza de todas las encuestas de opinión gracias en parte a su denuncia de la deficiente gestión del Gobierno.


Los escándalos de los archivos perdidos

La pérdida de una memoria portátil con información sobre miles de criminales es el último caso de una serie de extravíos o robos de información confidencial que dejan mal parada a la Administración británica.

- Expedientes de ayudas fiscales (noviembre de 2007).

Hacienda extravía dos discos de ordenador con los datos de las 7,25 millones de familias que han pedido ayudas fiscales por sus hijos. Las informaciones, que incluyen filiación, número de la seguridad social y cuentas bancarias, afectan a 25 millones de personas. Los discos fueron enviados por correo interno, sin las debidas garantías, a la Oficina Nacional de Auditoría. Pese a la búsqueda y a una recompensa de 20.000 libras, (25.000 euros) los discos no aparecieron.

- Exámenes de conducir (diciembre de 2007).

Una memoria externa con datos de tres millones de personas que se habían presentado al examen teórico de conducir se extravía en EE UU, en manos de la empresa encargada de su procesamiento. El Gobierno británico dice que la información no es accesible a terceros.
- Datos de reclutas (enero de 2008). El portátil de un oficial de la Marina, con información confidencial de 600.000 aspirantes a entrar en la Armada o la Fuerza Aérea, es robado de un vehículo en Birmingham. El caso destapa la existencia de centenares de robos de ordenadores del Ministerio de Defensa.

- Robo de otro portátil (abril de 2008).

El ordenador portátil de un capitán del Ejército es sustraído de debajo de su silla mientras comía en un McDonald's. La información no era "sensible" y estaba encriptada, dicen sus superiores. El Gobierno acababa de endurecer las normas para sacar ordenadores o memorias externas del Ministerio de Defensa.

- Documentos de Al Qaeda (junio de 2008). Un alto funcionario de inteligencia es sancionado después de olvidar un documento con la etiqueta "Top Secret" en un tren de cercanías. La carpeta contiene dos informes sobre Al Qaeda y la situación de las fuerzas de seguridad iraquíes. Este mismo mes, aparece en otro tren un documento del Tesoro sobre la red de financiación del terrorismo islamista.

- Caos en Defensa (julio de 2008). El Ministerio de Defensa confirma el extravío o el robo, desde 2004, de 747 portátiles y de 121 memorias externas, cinco de ellas con datos secretos.

No hay comentarios: