sábado, 23 de febrero de 2008

23andme.com: the revolution in personalized genetic information

Desde Eupharlaw y otros foros venimos advirtiendo que la medicina personalizada basada en la información marcará inexorablemente el futuro de la salud.

Permitirme comentar unas reflexiones sobre el sucinto análisis que he realizado a la nueva aventura de Google, llamada http://www.23andme.com/.

Darse una vuelta por la web no tiene desperdicio. Desde que en Eupharlaw publicamos “El dato personal terapéutico” no hemos dejado de investigar sobre el impacto de la genética en el mundo farmacéutico, a través, principalmente, de la farmacogenética y la farmacogenómica. La llegada de 23andMe nos ha sorprendido por su aparición, pues vaticinábamos que iba a llegar unos años más tarde. Pero no, aquí ha llegado, y nada más y nada menos, de la mano de Google.

Un poco de cotilleo. La empresa ha sido constituida por Anne Wojcicki y Linda Avey. La primera es la reciente esposa de Sergei Brin, uno de los “2 de Google”. Junto a Google hay varios inversores como el famoso business angel Martin Varsavsky, la empresa News Enterprise Asociates, MDV-Mohr Davidow Ventures y el gigante biotecnológico Genentech, cuyo presidente, Arthur D. Levinson es también director de Google. Entre todos han puesto 10 millones de dólares, según los documentos reguladores.

23andMe anuncia en su página web que “The revolution in personalizad genetic information has only just begun”. Su misión, parte importante en la estrategia de una empresa, es, según también nos dicen en su web, “23andMe's mission is to be the world's trusted source of personal genetic information”.

¡A mí me suena a Google, pero con genes! ¿Por qué? Veamos: organizar información, facilitar acceso a la información, tener la mayor base de datos del mundo, cruzar información, ayudar a obtener información, dar sentido a la información. En este caso, a la información genética.
Uno de los objetivos corporativos de 23andMe es mapear genéticamente la humanidad, ser el “Google de los Genes”.

Desde el sitio web puedes solicitar un “saliva collection kit”, que, una vez recibido, debes enviar a 23andMe para que procedan a archivarlo y analizarlo. Además te aconsejan, conforme a dicho análisis, sobre tu estilo de vida, alimentación, herencia genética (si también envias kits de saliva de familiares), medicamentos, etc, que más te convienen. El kit cuesta 990 $, que me imagino irán rebajando a medida que obtengan mayor número de clientes.
Repito, no tiene desperdicio darse una vuelta por esta web, ya que, además, permite acceder a una ingente cantidad de información sobre el mundo de la genética.

¿Y las repercusiones sobre el sector biofarmacéutico? En mi opinión, la repercusión más inmediata es que la medicina personalizada basada en la información ya ha llegado a los internautas, de una forma fácil y no muy cara.

La teoría de “El dato personal terapéutico”, que plasmábamos en Eupharlaw en el año 2005, comienza a hacerse realidad. Así pues, nos remitimos a todas las cuestiones que ya planteábamos allí, puesto que no han cambiado nada.

Algunas de las cuestiones eran las siguientes:

¿Podrá la industria farmacéutica acceder a la información de biobancos privados como el de 23andMe, contando, por su puesto, con el permiso del cliente de esta empresa? Entiendo que sí.

¿Está obligada la industria farmacéutica a invertir mucho tiempo y dinero en una farmacogenómica y farmacogenética eficaz, acorde con la tecnología del momento, y accediendo a bases de datos como la de 23andMe? Entiendo que sí.

¿Puede ser acusada la industria farmacéutica por responsabilidad contractual terapéutica, por no proporcionar información adecuada, veraz y actualizada sobre farmacogenética y farmacogenómica? Entiendo que sí.

¿Está obligada la industria farmacéutica a realizar medicina personalizada basada en la información genética y medioambiental? Entiendo que sí.

Si el modelo 23andMe supone un triunfo parecido al de Google, ¿Qué pasará con lo biobancos públicos, puesto que 23andMe dispone ya de una extensa red de científicos e informáticos, que iría creciendo a medida que fuera aumentando su éxito? Suponemos que hay cabida para todos.

¿Y el papel del farmacéutico? Suponemos que está obligado a tener acceso a bases de datos personales terapéuticos, y que será su responsabilidad no acceder correctamente a las mismas, o no saber buscar adecuadamente entre todas estas bases de datos (23andMe, otras empresas similares, biobancos públicos o privados, etc.).

¿Y los médicos? Suponemos que tendrán que estudiar mucho genética, ambioma, farmacogenética, farmacogenómica y, al igual que el farmacéutico, tendrán que manejar mucha información personal (datos personales terapéuticos) distribuidos en muchas bases de datos.

Google tiene pocos competidores, pero los tiene. No sabemos que pasará en el futuro, pero el ritmo de esta empresa es frenético. Nunca se había visto una cosa igual. Si 23andMe tiene la mitad de éxito, la revolución en información genética será increíble, momento en el que los datos personales terapéuticos, necesarios para realizar una medicina basada en la información responsable, ocuparán un lugar primordial en los sistemas sanitarios, económicos, sociales, legales, éticos y culturales.

Entre tanto, Bill Gates anuncia que está década que viene será la década de la digitalización…..

Francisco Almodóvar

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